La mirada es la función más exacta en la regulación de la distancia íntima [...] la mirada del otro no es neutra, es una percepción que provoca una alerta emocional, un sentimiento de invitación o intrusión. [...] El niño comprende, alrededor de los dos o tres años, que mirándolo el otro lo atrapa. Entiende que existe en la mente del otro, que es él de quien se trata en su mirada. Boris Cyrulnik - Los alimentos afectivos Me extrapelas Mirándome a los ojos me llamas fuera de mí. Desde el corazón de tu mirada recibo lo inédito. Siento toda la intensidad de la sorpresa del momento siguiente, que observo estremecida, dichosa. Vislumbro algo en la expresión de tus ojos e intento una representación. Las palabras apenas tienen lugar, todo sucede como si se estableciera un diálogo de sentimientos a través de los ojos: dejo que mires dentro de mí en el momento en que estoy la más abierta, vulnerable y extática, percibo lo que tu propio cuerpo recibe. En esta oferta al otro hay una especie de sentido de pertenencia mutua, una esfera común en la que se mezclan las energías de cada uno. Pero este momento perturbante requiere una conexión activa, de plena conciencia, una cierta concentración: el intercambio que se produce en las miradas nos descentra, mientras que la conmoción sexual es centrada. La invitación de la mirada sostenida del otro "excita y asusta, como la vida". (B.C. - Alimentos afectivos). A fortiori, evitar el contacto visual me permite centrar mi atención en lo que estoy recibiendo. Eyes wide shut No ver nos permite protegernos, concentrarnos: nos hundimos en nuestro propio cuerpo que nos engulle como arenas movedizas. Es una forma de sentir con más precisión e intensidad la difusión interior de nuestro placer. Cerrar los ojos también es un símbolo de confianza, de cuido, de presencia hacia el otro. Para una mujer, que a menudo habrá oído hablar de la "interioridad" de sus órganos genitales, retirarse a su burbuja durante el amor es una forma de retomar su propia intimidad. Y al igual que la muerte que atravesamos solos, el orgasmo (también llamado petite mort - pequeña muerte) sigue siendo egotista y se vive "a cortinas cerradas", aunque no impida de ninguna manera el compartir emocional que le dio a luz. De hecho, ¡nada como privarse deliberadamente de esta interacción visual cubriéndose los ojos con una venda para percibir la diferencia entre las sensaciones que esto suprime y las que exalta! La atención que está naturalmente presente en la mirada se dirige a otra parte, se exacerba en otras partes de mi cuerpo, en otros sentidos, especialmente en el tacto. Cortando la posible anticipación, impidiéndose presentir al otro, se da rienda suelta a la imaginación que se desarrolla y se exaltan las percepciones: las caricias se vuelven diferentes, más sorprendentes, más sentidas y más sutiles ..." /> Sexo : lo que nos pasa por los ojos
Sexo : lo que nos pasa por los ojos

Sexo : lo que nos pasa por los ojos

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FiloSex

24 Jun 21

Sostener una mirada, mirarse profundamente a los ojos es significativo y siempre un poco perturbando.
¿No se dice que algunas miradas son penetrantes?
Los ojos cerrados y las miradas durante nuestros retozos sexo-amorosos son muy particulares: más allá de nuestros cuerpos en movimiento, tienen una fuerza que nos hace vacilar entre nuestro mundo y él de otro.

Nuestros ojos se entrelazan...
Veo, busco, te encuentro en algún lugar detrás de tus pupilas, porque mi mirada soltó su destino: no son realmente tus ojos los que estoy mirando, el foco se hace un poco más allá, unos centímetros más en profundidad.
Vacilo, entre cautivada por tus ojos gracias a los cuales toco tus emociones y mi cuerpo que me retiene en un impulso egoísta, oscilando entre tú y yo, en una confusión cautivadora y fascinante. Cada vez que mi cuerpo gana, suelto tus ojos y mis párpados se cierran robando lo que ya no puedo compartir y me deslizo deliciosamente en la intensidad del momento presente, en el abandono, en la trance sensual...

Conectad@ a tus ojos
Aparte de unos pocos monos como los bonobos, somos una de las únicas especies de mamíferos que podemos hacer el amor mirándonos a los ojos ... Se dice que los ojos son "la ventana del alma" y al escanear nuestros lucernarios en este momento de unión y de soltar, finalmente aceptamos ser al desnudo. Esta comunión aumenta nuestro sentido de intimidad y profundiza nuestros sentimientos de amor y afecto. Exalta nuestra dimensión emocional y relacional invitándonos a entregar simultáneamente nuestro interior el uno al otro en un momento de fragilidad, de ofrenda: damos, soltamos todo, y el otro es nuestra única red de seguridad.
Sin embargo, esta intimidad implica la capacidad de ponerse en la piel del otro sin perder la suya:

La mirada es la función más exacta en la regulación de la distancia íntima [...] la mirada del otro no es neutra, es una percepción que provoca una alerta emocional, un sentimiento de invitación o intrusión. [...]
El niño comprende, alrededor de los dos o tres años, que mirándolo el otro lo atrapa. Entiende que existe en la mente del otro, que es él de quien se trata en su mirada.
Boris Cyrulnik - Los alimentos afectivos

Me extrapelas
Mirándome a los ojos me llamas fuera de mí. Desde el corazón de tu mirada recibo lo inédito. Siento toda la intensidad de la sorpresa del momento siguiente, que observo estremecida, dichosa. Vislumbro algo en la expresión de tus ojos e intento una representación.
Las palabras apenas tienen lugar, todo sucede como si se estableciera un diálogo de sentimientos a través de los ojos: dejo que mires dentro de mí en el momento en que estoy la más abierta, vulnerable y extática, percibo lo que tu propio cuerpo recibe.
En esta oferta al otro hay una especie de sentido de pertenencia mutua, una esfera común en la que se mezclan las energías de cada uno.
Pero este momento perturbante requiere una conexión activa, de plena conciencia, una cierta concentración: el intercambio que se produce en las miradas nos descentra, mientras que la conmoción sexual es centrada. La invitación de la mirada sostenida del otro "excita y asusta, como la vida". (B.C. - Alimentos afectivos).
A fortiori, evitar el contacto visual me permite centrar mi atención en lo que estoy recibiendo.

Eyes wide shut
No ver nos permite protegernos, concentrarnos: nos hundimos en nuestro propio cuerpo que nos engulle como arenas movedizas. Es una forma de sentir con más precisión e intensidad la difusión interior de nuestro placer.
Cerrar los ojos también es un símbolo de confianza, de cuido, de presencia hacia el otro.
Para una mujer, que a menudo habrá oído hablar de la "interioridad" de sus órganos genitales, retirarse a su burbuja durante el amor es una forma de retomar su propia intimidad.
Y al igual que la muerte que atravesamos solos, el orgasmo (también llamado petite mort - pequeña muerte) sigue siendo egotista y se vive "a cortinas cerradas", aunque no impida de ninguna manera el compartir emocional que le dio a luz.

De hecho, ¡nada como privarse deliberadamente de esta interacción visual cubriéndose los ojos con una venda para percibir la diferencia entre las sensaciones que esto suprime y las que exalta!
La atención que está naturalmente presente en la mirada se dirige a otra parte, se exacerba en otras partes de mi cuerpo, en otros sentidos, especialmente en el tacto.
Cortando la posible anticipación, impidiéndose presentir al otro, se da rienda suelta a la imaginación que se desarrolla y se exaltan las percepciones: las caricias se vuelven diferentes, más sorprendentes, más sentidas y más sutiles ...


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